My life, has been extraordinary: blessed and cursed and won.


jueves, 31 de enero de 2008

La gaceta... el noticiero... quien eres... quien soy...?

Wow, comenzamos hoy con la organización de la nueva "oficina" del proyecto editorial de la Gaceta de Comunicación. Bueno... ahora ya podrá llamarse revista. Y la situación raya en lo crítico, por no decir en peligro inminente. Las imprentas nos están dando diez días cuando menos para comenzar a imprimir las gacetas, lo que significa que tenemos que tener el proyecto pagado (i mean... toodos los patrocinadores soltando varo) para antes de esa fecha. Los textos están medio estancados, y no nos habíamos podido poner a trabajar pork las cotizaciones aún no estaban listas. El problema es que nuestro maestro no es cualquier barco que se cruce por ahí, sino que se trata del mismísimo Víctooor. Dios, tengo que ponerle así a un personaje en un futuro no muy lejano.
Alguien sáqueme de la duda, pero estoy comenzando a creer que es normal tener dolor de cabeza al final del día diariamente.

miércoles, 30 de enero de 2008

Bones... can you read my mind?

Hasta la mother de todo por hoy. De nuevo me encuentro en el Centro de Medios, con un sentimiento de derrota por primera vez ante mi precioso Truespace. Me siento como traicionado por un amigo, descubrí que esa herrameienta es un pilar de retos mucho más grande de lo que me había imaginado. Por lo menos en el aspecto de animación.
Los benditos Bones son mi dolor de cabeza, ya que aunque entiendo y comprendo teóricamente su función, los resultados terminan por eludirme en la praxis. Y como ya llegó mi maestro Paco, creo que es hora de despedirme....

Don´t you wanna come with me
Don´t yoy wanna feel my bones
On your bones
It´s only natural...

lunes, 28 de enero de 2008

Reporte del lunes (no se me ocurió otra cosa).

Hoy es lunes y todos estaban super tranquilos, con la merecida excepción de Esaú. La escenografía estaba quedando hasta el momento en que salí del Centro de Medios y nunca vi las luces de Paco, a quien necesito ver para checar tres proyectos. Mañana se transmite en vivo y veo a todos en una sobredosis de Valium.
Mañana comenzará la masacre.

domingo, 27 de enero de 2008

Maldito guión

Bueno, como prometí, intento quedar al corriente con todo lo que pasa en torno al último semestre de mi carrera en medios. Bueno, estamos a domingo y todo gira en torno a Tele en Vivo. Varias cortinillas ya están listas y hoy me la pasé todo el dia arreglando el guión con Briget. De aquí saco dos conclusiones:
- Coescribir es más satisfactorio pero más tardado.
- No quiero saber nada de Starbucks en por lo menos dos semanas.

Y bueno, como ya estoy hasta la... coronilla de escribir, me retiro, en espera de descansar un poco del procesador de texto, al menos hasta mañana.

ZzzzzZZZZzZZ (Esto es: ¡Quiero Dormir!... y no puedo)zzZZZZzzzzzZZZz...

Tengo sueño de nuevo. Es el primer fin de semana del semestre, y parece que estamos en finales. Ya se desataron peleas, controversias, pesimismos, quejas, errores, apatías, desapariciones, bueno... solo falta que la p...rincesa se descomponga o algo así. Hasta el momento, el programa va algo lento. Varios reportajes no cumplieron los estándares, los guiones andan perdidos en el espacio, las cortinillas apenas se están terminando... y bueno, la productora está a punto de perder la cabeza con el pequeño detalle de la escenografía. Por todo esto y más, el guión no está completado, y estamos a la espera de recibir los últimos reportajes para poder concluir.
Una reverenda... grosería es el tiempo que nos dieron para preparar todo el teatrito, el nada prolongado tiempo de UNA SEMANA. Y en una humilde opinión, no creo que el profe Sanchis haya tenido mucho que ver con la programación del semestre.....mmmmm..... pero bueno, son sólo conjeturas.

sábado, 26 de enero de 2008

Holas!

Wolas, parece que la gente está comenzando a ver mi blog, por lo que ya no podré seguir insultándolos como lo hacía en mis primeras entradas. Ya que están por aquí, les doy una nueva bienvenida y los insto a participar en mis encuestas, aunque sólo se orienten al área de medios.

jueves, 24 de enero de 2008

Asignación de proyectos

Bueno, decidí que por ser el último semestre, comenzaría a relatar las anécdotas que viviremos a lo largo de este ya muy corto camino hacia la graduación. La semana de clases terminó hoy, como se viene haciendo desde hace varios semestres. Somos pocos en el salón, apenas llegamos a la quincena de universitarios, pero sabemos que los que quedamos somos los más tenaces... o a los que más codo nos da echarnos para atrás a estar alturas jejeje. Así que el super equipo de producción consta de los siguientes personajes, a quienes trataré de poner en orden alfabético, pero no prometo nada jejeje.
Freddy Aguilar Koh. Tambaleante alumno irregular que ha optado por las materias talacheras este semeste... vientos!!!
Kriptonita: La redacción.
Ximena Ávila Ochoa. Perteneciente al no-oficial trío Briget-Judith-Ximena, es una apasionada Floor Manager y miembro de la sección de Imagen de la Gaceta de Comunicación. Con ese Ojo de Oro, no tenemos nada que temer!!!
Kriptonita: YOOOOOOO
Esaú Espino Benítez. Esbirro del Centro de Medios y rumorada media naranja de Krlits Sparrow, es un ansioso joven con ganas de demostrar sus talentos.... auuuch!!!
Kriptonita: El rastrillo y la peluquería.
Rosario May ... Orgullosa madre de un angelito.... digo de Angelito, nos honra con su presencia en la materia de Televisión en Vivo.
Kriptonita: El silencio.
Briget Ortega Aviña. Presidenta de la FRESAL, es la Jefa de Información del noticiero. Vamos Bri, con esos reporteros tan avidos de información, vas a tener un montón de notas para escoger (ay siii....).
Kriptonita: La flojera.
Cecilia Palma Pech. Afamada productora del exitoso programa Cuate Con Cuate, regresa en este semestre como una reportera estrella en el noticiero.
Kriptonita: El vello de los hombres.
Judith Pérez González. Con su singular modo de decir las verdades de cada quién, Judith es una poderosa arma en las manos del equipo, cuando se siente de humor... claro está.
Kriptonita: La paciencia.
Leticia Pimentel. Gemela malvada de la dinastía Pimentel, cualquiera puede confiar tanto en que ponga REC, como en que guarde celosamente costoso equipo electrónico como pilas y cargadores de princesas. Sin duda alguna, la persona adecuada para pedirle que te recuerde algo!!!!
Kriptonita: La memoria.
Cecilia Purón Brown. Presidenta de la Sociedad de Alumnos, Reina del Carnaval de Vértice, y conductora del super noticiero, Cecilia tiene mucho en mente este semestre, ¿le quedará tiempo de saber algo del Congreso?
Kriptonita: La tercera dimensión.
Georgina Reza Benítez. La Super-Duper-Dos-Veces-Productora de las materias de televisión, esta chava adicta a los dulces y los lentes de mosca, armada con su poderosa laptop eléctrica pondrá a todos a raya para hacer el mejor noticiero que jamás se haya visto.!!!!!!!.... o completado... ¿recuerdan 3er semestre?
Kriptonita: La tercera dimensión.
Carlos Ruiz Vazquez. Este talentoso discípulo de Humberto, cuasi pareja de Esaú Espino demostrará que su percepción en 3D es tan buena como sus nuevas habilidades aprendidas en el ancestral templo del Centro de Medios.
Kritponita: Hablar en público.
Paco Sierra Guillermo. Siendo el elemento que faltaba en Tele en Vivo, el elemento más culto de Radio en Vivo, y el elemento de en medio en la primera fila donde tomamos Animación por Computadora, Paco dará todo de sí para terminar su carrera este semestre... meintras no se vuelva a golpear la cabeza.
Kriptonita: La puntualidad.
Aldo Sosa Velázquez. Y finalmente, el cronista de estas aventuras será el Director Editorial de la materia de Víctor Hugo López, el coordinador de la carrera que no ansía otra cosa más que todos sus queridos alumnos se graduén en tiempo y forma correcta.
Kriptonita: NADA!!!!!!! DE TODAS MANERAS SOY EL K ESCRIBE ASI QUE SE..... AMUELAN!!!

miércoles, 23 de enero de 2008

Back 2 School!!!

Es oficial, estoy inscrito en el más sangriento semestre de la carrera. Todo se conjuga en estos últimos meses, y se definirá quién está hecho para ser comunicólogo y quien simplemente no soportará la presión. He aquí algunas de mis preocupaciones:

- El regreso de Víctor al aula de clases para Proyecto Estratégico de Comunicación.
- Los programas de radio en vivo.
- El noticiero semanal de televisión. Mis puestos son: redacción, camarógrafo y switcher.
- El proyecto que nos pondrá Paco para Animación por Computadora.
- La nueva maestra de Periodismo Informativo.
- Mis 480 horas de Servicio Social que debo cubrir si me quiero graduar.
- El congreso de Comunicación.
- La pesadez de Legislación de Medios (Dios mio, Derecho y Comunicación....¿quién lo hubiera creído?
- Y finalmente... el reto del Gym!!!

Así que ahí estan los retos de aquí a junio... SOLO EL TIEMPO LO DIRÁ!!!
Estoy escribiendo por primera vez desde el centro de cómputo de mi universidad, la única e irrepetible, Universidad Anáhuac Cancún, y por el momento, me reservaré los argumentos de esta afirmación, jejeje - por lo menos hasta que tenga el titulo en mi mano. El adelanto que tengo es para informar a toodos los que me lean (uuuy si) que estoy a punto de quedar inscrito para el octavo semestre de la carrera de Comunicación en esta H. universidad (por cierto, la H. no es lo que creen). Ya tengo todos mis pagos al corriente y sólo espero hablar con el administrador de esta institución para formar parte oficial de las listas del último jalón de la carrera. Por cierto, si quedo inscrito (cosa que seguramente pasará), auguro que octavo se convertirá en el semestre más pesado de toda la carrera, teniendo en cuenta que tenemps Radio y Tele en vivo, lo que significa mucha preproducción, mucha producción y poca postproducción.

lunes, 21 de enero de 2008

Es ahora o nunca!!! Las Crónicas de Aldous vuelven a latir con vigor!!!

Esta vez escribo desde el primer día de clases más raro que jamás he tenido. Comienzo por explicar que corro el riesgo de no inscribirme este semestre por una serie de deudas que no han dejado de pisarme los talones. Si todo sale de acuerdo a los designios de esa maquinaria llamada destino, estaré realizando mi Servicio Social en el Canal 33 y cursando el último semestre de la carrera al mismo tiempo. Ahora tengo una perspectiva diferente de la vida y del tiempo, y no voy a dejar que sea arruinada por nada del mundo. Simplemente no puedo rendirme ante la flojera y la desidia que me han anclado en una enferma pasividad durante muuucho tiempo. Es hora de tomar las riendas de mi vida y conducirme hacia las metas fijadas, cueste lo que cueste.
Después de todo, esta es mi historia,¡¡¡ y sólo puede ser escrita con mi propia pluma!!!
Las Crónicas de Aldous comenzaron ya, pero este es el punto climático más importante de mi carrera!!!!

viernes, 18 de enero de 2008

Segundo capítulo del prólogo de Flare Of The Phoenix:Triunfo en las Tinieblas

Había un tétrico lugar al este del continente, un lugar al que nadie se atrevía a entrar. Se decía que era el origen de la maldad del mundo, el lugar de donde todos los demonios nacían para asolar las tierras de los Hombres. Se trataba de Durfernolth, la boca oscura del Infierno. El único acceso a las planicies que componían la explanada del Castillo Dur, la prisión Bandcaran, y el lago Amarthaelin, era el pabellón Khelek, un gigantesco pasillo tormentoso compuesto del hielo más frío, resistente y filoso de Urantia. Garleth caminaba por ese pasillo, lo más aprisa que una criatura como él podía correr. La bolsa rebotaba con el movimiento de sus piernas desnudas, ahora entumidas por el frío.
- ¡Garleth Ictiopus! – aulló.
El pasillo Khelek se acortó, reduciendo su distancia a sólo unos metros. Entró en las planicies Dur. Las dos lunas de Urantia alumbraban con fuerza el vasto espacio, revelando a la solitaria criatura corriendo hacia el Castillo Dur.
Treinta y cinco minutos después, Garleth abrió las puertas del vestíbulo de la ciudadela de Dulfernoth. El gigantesco salón se encontraba vacío, las paredes de fría roca, desnudas, las lozas del piso perfectamente pulidas. La única luz que permitía distinguir tan singulares rasgos decorativos provenía de dos candelabros con velas negras, situados cada uno en a un lado del imponente trono que coronaba el vestíbulo. Este, de dimensiones gigantescas, y con una pesada decoración gótica, era capaz de provocarle la muerte a los enfermos del corazón, desmayos a los esclavos de la fortaleza, y un halo de divinidad diabólica a la única criatura que osaba sentarse en su blando cojín de terciopelo negro, tan suave e inmaculado como el día en que lo colocaron en la base.
La figura, envuelta en una túnica negra, encapuchada, y provista de guantes metálicos era apenas alumbrada por la luz violeta de las velas. Ningún adorno confirmaba su rango como amo y señor de las oscuras tierras de Dulfernoth. No llevaba corona, ni anillos, atavíos o cualquier otro adorno comúnmente visto en los gobernantes humanos. Lord Delgurth se proclamaba como una encarnación de la oscuridad que todos los seres llevan dentro de sí. Su constitución física resultaba muy difícil de describir. Cambiaba de composición a placer; podía traspasar un estado tan sólido como el concreto, a uno gaseoso como el vapor de agua. Podía ser acariciado escurrirse de las manos de una persona, todo dependía de sus deseos. Además de las ventajas obvias que esta transmutación le representaba, adquiría otras cualidades tan inusuales como prácticas. Su cuerpo reflejaba la luz sólo cuando él lo deseara. Sentado en su trono, y con los candelabros de pie tan cerca de su trono, apenas podían ser distinguido. Daba la impresión de absorber la luz que emitían los pabilos. Y así era. Para aquellos iniciados en las ciencias de la astronomía, esta cualidad les puede asemejar un cuerpo celeste que presenta una característica muy similar, un agujero negro.
Pero en ese momento, Lord Delgurth no estaba de humor como para pasar desapercibido. Su cuerpo, totalmente sólido, descansaba cómodamente sobre su cojín de terciopelo. Tenía los brazos apoyados sobre los descansabrazos, tallados de tal manera que parecía que acariciaba el cráneo de una maltrecha y torturada persona, que alzaba el rostro hacia el cielo lleno de dolor. De hecho, el trono entero parecía emular una escena de las primeras guerras. A Lord Delgurth le encantaba la idea de descansar siempre sobre sus enemigos caídos. Su cabeza, recargada sobre una almohadilla colocada en el respaldo, del mismo color que el cojín, ofrecía un semblante bastante tranquilo y apaciguado. Cuando Garleth abrió las puertas del vestíbulo, el Daerauko supremo alzó la cabeza, para identificar al recién llegado, y sujetó su cetro sin orbe con firmeza, que hasta ese momento, descansaba sobre el trono. Le hizo una señal con la mano libre, para que se acercara. Garleth, a paso torpe, se acercó con presteza. Metió la mano en el bolso, y extrajo el orbe robado. Hincándose, le presentó el tesoro a Lord Delgurth. La alta figura se levantó de su trono y bajó los pequeños peldaños que le otorgaban unos centímetros de elevación sobre el resto del salón. Se inclinó y tomó el orbe. Lo levantó contra la luz, esperando ver algún destello de vida. El orbe permaneció inmutable. Dentro de la oscuridad de la capucha, dos ojos brillaron con un fulgor rojo. Soltaron una llamarada que se perdió en el aire. Colocó el orbe en la punta del cetro, en un espacio circular con las dimensiones exactas. Cuatro garras metálicas colocadas en las cuatro direcciones del viento se cerraron cuando el orbe fue colocado. El señor oscuro regresó a su trono.
- Garleth, me has servido bien. Tu recompensa será enorme, éste es el orbe que busqué por todos lados – la voz de Lord Delgurth sonaba como un eco grave y poderoso.
- Gracias Lord Delgurth, es un honor servirlo – respondió Garleth. Comparada con la voz del señor oscuro, los susurros de Garleth sonaban asquerosos y patéticos.
- Ahora vete, necesito estar a solas con los Daeraukos.
- Sí, mi señor.
Cuando Garleth salió de la habitación, los Daeraukos, los demonios de las sombras, salieron de sus escondites. Las velas arrojaban poca luz en el vestíbulo del señor oscuro. Los Raukos salieron de cualquier rincón sombrío. El esconderse e infiltrarse entre las sombras era una de sus habilidades especiales. La reunión de las sombras dio inicio. Delgurth, levantó una mano, y comenzó su discurso, sosteniendo la clave de su victoria, la Lágrima del Wyvern arrebatada al señor de Orgothel.
- Mis vasallos, mis hermanos de la oscuridad. Mis leales comandantes, los grandes Raukos, estamos parados al borde del fin de la era de los seres humanos. Mientras tenga en mi poder el más poderoso de los Urantiums la derrota nunca asomará su rostro. Celebremos esta noche la victoria obtenida.

martes, 15 de enero de 2008

Primer capítulo del prólogo de Flare Of The Phoenix (working title): La ultima esperanza de Lord Orgothelius



La batalla estaba perdida. El castillo estaba al borde del colapso. El señor del castillo, Skyford Orgothelius, se hallaba postrado en el recinto sagrado donde descansaba su báculo mágico. Rezando por una esperanza. Por un milagro. No se encontraba solo en la habitación. Darío, el fiel sirviente del castillo, lo acompañaba y consolaba en esos momentos de desesperación.
- ¿Está seguro de que quiere usar el báculo? – le preguntó el siervo Darío.
- No hay opción. Los salvajes Avege están en las puertas del castillo – contestó el señor de Orgothel – Darío, cuida de mi señora si algo sale mal. Te hago responsable de ella hasta que Stephen haya crecido.
- Señor se lo imploro, usted no sabe cómo utilizar la magia del báculo. ¡Nadie lo ha usado desde que llegó a nuestras tierras! – le gritó Darío.
Pero lord Orgothelius no escuchaba razones. Cargaba la confianza de su gente en los hombros y el miedo al fracaso en los tobillos. La negativa de Lórient le ataba las manos y su orgullo lo enmudecía. Su rostro, calculador y jovial sucumbió finalmente ante el sombrío temor al genocidio. Y aunque su pueblo se hallaba a salvo por el momento, oculto en las inmensas cavernas subterráneas, Darío se hallaba frente a él, exigiendo soluciones en silencio. El fiel siervo jamás se sublevaría contra una persona tan justa y recta, pero el tumor de la desconfianza adormilaba su sano juicio. Tenía frente a él un dios reducido a hombre, desprovisto del eterno y poderoso porte de amo y señor de Orgothel.
Tomó el báculo entre sus manos, acarició el orbe que lo coronaba con el dejo de una nostalgia que no podía explicar, y salió a encarar su destino.
Darío se aseguró de hallarse solo. Aprovechó el momento para rasgarse el rostro con la punta de una navaja, despegando la piel vieja como caucho estirado, revelando su verdadera identidad. Dos agudos dientes frontales brotaron de su boca, reemplazando los de la imitación del cuerpo de Darío. Largas garras sucias y gruesas aparecieron donde una vez estuvieron las recortadas y pulcras uñas de Darío. Los ojos se le hincharon hasta recuperar el tamaño natural, y le brotaron asquerosos vellos gruesos en la nuca, la espalda y los nudillos. La característica joroba de su especie regresó a su lugar habitual, descomponiendo la estética espalda del resquicio de Darío. Aquella criatura era el traicionero Garleth Ictiopus, de la raza de los Filthars, el mayordomo de lord Delgurth, amo y señor del reino de las tinieblas, Dulfernoth.
- Agh, sucios humanos, que asco me da convertirme en uno de ellos – decía entre dientes mientras se mordía una uña –, estúpido terrateniente, debería fijarse mejor en los objetos que considera sagrados – murmuró, al mismo tiempo que sacaba un orbe de color vino de su bolso de viaje.
Opaco y sin brillo, fuera de su correspondiente espacio en el báculo, parecía estar muerto. Garleth se quedó contemplando su interior, tratando de divisar los restos de la magia que contenía en su esplendor. Luego lo devolvió al bolso y abrió la puerta del recinto. Soltó un grito de sorpresa al ver que el verdadero Darío había escapado del almacén de vinos del castillo y avanzaba hasta él, empuñando un sable. Su frente estaba empapada de sangre, vestigio del terrible golpe que le había dejado inconsciente, y su ropa y cuerpo bañados en vino; Garleth pretendía dejarlo ahogándose dentro de la bodega, agujerando todos los barriles de la cosecha.
- ¡Maldita criatura! – le espetó, arrinconándolo en el recinto –. Espera a que hunda esta hoja en tu cuerpo, traicionera, ¡puerca!
Aquellas palabras hirieron a la criatura.
- ¡Soy un macho de mi especie, imbécil pedazo de ciego! – vociferó.
Ante esta injuria, Darío arremetió con una estocada.
Garleth, asustado, se defendió con un gruñido, esperando asustar a su cazador. Pero la cólera de Darío no podía ser opacada con una amenaza tan tonta como un gruñido. El siervo avanzó hacia la desagradable criatura, arremetiendo el espacio frente a él con el sable. Garleth corrió por la habitación, esperando encontrar un arma a la mano, pero el recinto carecía de ellas. Desesperado, tomó una antorcha colocada en la pared, y la usó como defensa.
- Sucios humanos, todos le temen al fuego – ladraba con una voz aguda.
Blandía la antorcha frente a él, haciendo retroceder al siervo, temeroso al fuego. Darío contuvo los golpes, pensando en que la hoja pudiera quedar encajada en la madera, y de esta manera en manos de la criatura. Garleth ganaba terreno, orillando a Darío al borde de las escaleras. Con una sonrisa triunfal, acercó rápidamente la antorcha al rostro de Darío, esperando que sus reflejos lo obligaran a saltar hacia atrás, y rodar por las escaleras posteriormente. En vez de esto, Darío bloqueó el ataque con la espada y tuvo tiempo de cortar con un solo golpe el trozo de madera empapada en combustible, dejando a Garleth con un pequeño trozo de madera seca. Haciendo una mueca de desconcierto, fue herido dos veces en el abdomen por la espada de Darío. El tercer golpe cortó la correa de su bolso de viaje, que cayó al piso, abriéndose y liberando el orbe en dirección a las escaleras.
- ¡No! – gritó Darío, tratando de detenerlo con la hoja de su espada, temiendo que un objeto tan frágil pudiera romperse.
Garleth aprovechó la ocasión para empujar a Darío con todas sus fuerzas. El siervo perdió el equilibrio y se fue de bruces hacia las escabrosas escaleras de piedra. Un bloque le abrió la frente y quedó inerte al pie de las mismas.
Usando los escasos poderes mágicos propios de su raza, Garleth hizo levitar el orbe y lo atrajo hasta su mano. Sonriendo de nuevo, bajó las escaleras y, usando un raro polvo llamado morfdust, se transformó en un humano común y corriente. Cruzó los salones del castillo, y salió por la puerta principal completamente transformado en un soldado del ejército de los Avege, hombres que vivían en clanes y tribus alrededor de los Territorios Olvidados. Para su mala fortuna, la Guardia de Orgothel marchaba por los mismos salones y lo identificaron de inmediato. El capitán Noebl hizo una mueca de furia y le apuntó con la mano.
- ¡Arqueros, penetraron las defensas! – vociferó.
Una lluvia de flechas cayó sobre Garleth, quien, haciendo un máximo uso de sus poderes, las detuvo frente a su rostro, o como último recurso, desvió su trayectoria. Corrió a través de uno de los pasillos principales, con tres guardias pisándole los talones. Desapareció de un momento a otro.

El sol había caído, la noche oscura y nublada se alzaba en los Territorios Olvidados. El castillo se encontraba en tinieblas.
Tres soldados de la Guardia avanzaban con cautela. Los Filthar eran criaturas escurridizas y en extremo viciosas. Atacaban sin importarles el modo ó el método. Damián, uno de los capitanes de la Guardia, hermano mayor de Darío, avanzaba con la espada desenvainada, creando una distancia entre él y su posible presa. El asqueroso olor característico de un Filthar le llegó súbitamente, como una nube de vapor saliendo de una olla. Se puso en guardia, sosteniendo la espada con una mano y una daga con la otra. Siguió el rastro del olor a través de los amplios pasillos del castillo en tinieblas. La única fuente de luz de la que se valían en esos momentos era el sistema de espejos colocado en las paredes de los pasillos. Desde un tragaluz se mandaban rayos de luna hasta un espejo colocado en diagonal, que a su vez reflejaba la luz, mandándola a otro espejo, y ese espejo a otro y a otro, distribuyendo escasa luz a través de los pasillos del castillo. Las antorchas y las velas se reservaban para la iluminación de los cuartos y la biblioteca, pues el keroseno y los aceites eran raros en esas tierras desoladas por la guerra, y el comercio con Lórient se había ido agotando gradualmente.
Usualmente no existían problemas con la luz en la noche, en esa parte de la tierra las nubes eran pequeñas, y se disfrutaban de unas hermosas noches despejadas. Pero últimamente se habían dejado ver densas nubes que traían consigo poderosas lluvias que habían reabastecido los pozos y los lagos del lugar. Esa noche en particular, Damián no había estado agradecido por tener el clima.
La visibilidad en la parte sur del castillo era nula, pues los espejos se concentraban en los primeros pasillos y vestíbulos, utilizados con más frecuencia, y las mazmorras se sumían en tinieblas al caer la noche. Obviamente, el pasar las noches en un castillo tan oscuro había mejorado su visión nocturna, pero no lo suficiente como para ver en la más vasta oscuridad. Detrás de él escuchaba las pisadas de sus subordinados siguiendo su camino. El chasquido del metal era lo suficientemente poderoso como para alertar los agudos sentidos de un Filthar. Damián se dio la vuelta y ordenó a los guardias marcharse y defender la puerta del castillo de Orgothel.
Avanzó solo, en los húmedos pasillos, caminando sobre las lozas de piedra. La intriga dio pie a la desesperación. Apuntó con la espada hacia delante, e hizo un poco de magia.
- ¡Ignitio! – gritó.
Dos llamas escarlata envolvieron a la hoja de la espada y salieron despedidas hasta chocar contra la pared de enfrente. Le proveyeron de tanta luz como era requerida, para ver qué había en su camino. Encontró una antorcha sobre un soporte en la pared a unos metros de su posición. Se paró frente a ella, y realizó un conjuro menos potente.
- Sparks – dijo, apuntando a la punta de la antorcha.
Una diminuta flama saltó de la punta de su espada y se posó en la antorcha, quemando el keroseno y prendiéndola al instante. Damián parpadeó varias veces. Juraría que la flama se había dilatado unas centésimas de segundo sobre la punta de la antorcha, bailando y contemplando la situación.
- Salamander – murmuró para sus adentros. Inmediatamente, lo invadió un sentimiento de poderosa vergüenza.
Desechando la idea, retiró la antorcha del soporte e iluminó su camino. Llegó al final del pasillo, que daba paso a un pequeño vestíbulo, y abría las entradas a otro pasillo transversal, que continuaba hacia la derecha, rumbo al sur. Tomó el camino, asegurándose de revisar cada salón del castillo, hasta que encontró una puerta entreabierta.
Atravesó la puerta y entró a un antiguo salón de baile, que se había dejado de usar conforme el palacio se fue modernizando. Una ventisca reinaba el salón, a pesar de que los ventanales no habían sido abiertos en por lo menos, diez años. El fuego le sirvió para iluminar unos metros del salón, para luego extinguirse bailoteando sobre la antorcha. Un gigantesco espejo cubría toda la pared que se encontraba detrás de él, mientras que un ventanal de dimensiones similares formaba la pared contigua. Un relámpago iluminó la estancia entera por unas fracciones de segundo. Al mirar por el rabillo del ojo, Damián alcanzó a distinguir a Garleth en el espejo, posicionado detrás de él, listo para atacar. Giró por la espada, logrando asestar un golpe a la criatura al mismo tiempo. Las tinieblas volvieron a reinar en el cuarto, diseminando el eco de los viscosos ruidos de Garleth. Damián se sintió víctima de una amenaza omnipresente, capaz de atacar desde cualquier punto. Apuntó la espada hacia una columna de piedra, y volvió a conjurar las chispas.
- ¡Sparks!
El hechizo iluminó poco más que el trueno, dejándole ver el horrible rostro de Garleth justo frente a él. Antes de que pudiera alzar la espada, el Filthar aprovechó el tiempo para hacer su ataque.
Damián sintió una aguda punzada en el estómago, justo entre las placas de su peto, desgarrando su piel. Herido, se tambaleó hacia atrás, mientras Garleth se alzaba victorioso en la oscuridad. Damián dejó caer la espada al piso, y se llevó ambas manos a la herida, mientras la horrible risa de Garleth resonaba por todo el salón. Sintió un poderoso golpe en el casco y la abolladura que produjo lo tiró al piso, dejándolo inconsciente. Murió en el salón, intentando levantarse para hacer sonar la alarma. Dejó un rastro de sangre que marcaba su trayecto a través del gran salón de baile.
Afuera, Garleth adoptó la forma corpórea de Damián, y rodeó el castillo para salir por una trampilla colocada en el ala este, en caso de emergencia.
Afuera, erigido sobre la muralla más resistente del castillo, Lord Orgotheluis levantaba el báculo con el falso orbe, tratando de resucitar la magia que algua vez residió en la esfera, aferrándose con todas sus fuerzas a una resbaladiza esperanza que había abandonado los Territorios Olvidados cinco años atrás.

Cuento - Kuntz

De nuevo me encontraba en pie y avanzando. Eran ya tantas las veces en las que me habían pisoteado, que estaba harto de regresar a la vida.
¿Quién había sido esta vez? ¿Quién? No lo sabía. En realidad, no me importaba. Me retiré sin esperar a ver las manos que me habían traído de vuelta al mundo, no sabía si agradecerles, o escupirles. ¿Quién se lo había pedido, de cualquier manera? Yo no, por supuesto. Pero, ¿cómo culpar al responsable? Había sido un acto abnegado y bondadoso, y por más furioso que me encontrara, no podía comportarme tan grosero con mi salvador.
Escapé inmediatamente. Aún podía escuchar su voz en el marco de la puerta, suplicándome que regresara, que aún no sanaba por completo. Tampoco me importaba. No necesitaba de tanto tiempo para curarme; bastaban unas cuantas horas de reposo para que la más grave de las heridas cicatrizara por completo en mi cuerpo.
Esta inusual característica, lejos de haberme hecho sentir bendito, me había convertido en un monstruo encarnado en piel humana. La imagen que la gente veía en mí era la del mismísimo Delgurth, el señor de la oscuridad. Los insultos y rechazos eran ya cotidianos, pero nunca me dejaron de lastimar, ni logré acostumbrarme a ese sentimiento de aislamiento, de soledad. Mis padres fueron muertos por la misma causa. En cuanto los pueblerinos se enteraron de mis inusuales habilidades, mis padres fueron ejecutados en público, para que nunca más pudieran procrear oro monstruo.
Sin embargo, en mi vida he guardado rencor a nadie por mi destino injusto y cruel, ni siquiera a los verdugos de las únicas personas que pudieron llegar a quererme. Lo único que me acompañaba era una tristeza infinita por haber nacido, por encontrarme solo desde que tengo uso de memoria. Esta compañera me llevó a cometer dos actos injuriosos en contra de mi existencia, sin lograr trascender en ninguno de ellos. Mientras escapaba de mi salvador, tomé una arriesgada decisión, luego de entender por fin que el problema no era completamente yo, sino sólo una parte de mí.
Esta decisión fue la chispa que me devolvió a la vida, omitiendo los intensos cuidados de esa persona a la que nunca llegué a ver.
Agonizando, en el momento en que mi mundo se llenaba de sombras, pude ver mi cuerpo parado frente a mí. Me sonreía. Comenzó a cubrirse de sombras, consumiéndose al mismo tiempo que mi vida. Me hizo un gesto de incredulidad y movió su dedo índice en señal de negación. Era imposible distinguir mi cuerpo entero, ya sólo podía ver una parte de mi rostro y la parte superior de mi torso con claridad. Mi otro yo se llevó una mano a la altura del rostro y chasqueó los dedos con fuerza. Una pequeña chispa nació con la fricción y se convirtió en una diminuta llama, sostenida sobre mis yemas. Al abrir la mano, la flama creció hasta abarcar la palma completamente abierta. La oscuridad comenzó a retroceder. Mi otro yo se hizo un poco más visible. Entonces, acercó la otra mano hasta que las dos quedaron a una corta distancia. La flama entonces creció y se pegó a mis palmas. En ese momento, mi cuerpo, con una amplia sonrisa, extendió los brazos y dejó que la llama se convirtiera en un poderoso fulgor que iluminó la escena entera. Después de ver esa imagen mientras agonizaba, comprendí por fin lo que podía llegar a hacer con mi destino y mi inusual poder.
No soñé una señal, ni una profecía. Simplemente me permití quitarme la venda de los ojos, para poder ver mi situación con un enfoque totalmente nuevo.
Contemplé la gigantesca luna que coronaba el cielo con su luz menguante por encima del espeso bosque que atravesaba. Sellé mi promesa con esa luna azul. Por primera vez en muchos años, logré esbozar una sonrisa.

D de Dios, D de Destino, D de k?

Como dicen que si hablas de tus planes se te van a quemar, pues no entraré en detalles, pero parece que la mano de la providencia se agitó frente a mí, enseñándome una soga a la cual me debo de sujetar. Sólo mi amigo Richie sabe que este día ha sido como un gatillo que ha disparado una máquina de movimiento, y le tengo que dar las gracias eternas por haber hecho lo que hizo. También a Freddy, que si no hubiese necesitado la constancia no hubiera pasado lo que hoy pasó. Me siento muy contento en estos momentos, ya que en verdad siento que no es coincidencia... quien sabe, todo puede pasar y comenzaré a desear lo mejor. Una vez más, tengo que dejar de hacerme... pato y darle duro al teclado!!!

Actualización de proyectos

Mi lista de proyectos ha sido actualizada. He leído y releído los antiguos proyectos que tenía y he determinado comenzar o rehacer los borradores. Finalmente, aquí está el estado y el porcentaje estimado que tengo de cada proyecto.

- De los cuentos:
- El autor. Finalizado (100%).
- El único. Segundo borrador terminado, queda pendiente la revisión final (80%).
- El dedo de Dios. Primer borrador terminado, primera revisión terminada. No he determinado cambios drásticos en la historia. Queda pendiente la revisión final (80%).
- El viaje surreal de Matías. Incompleto, el relato no quedará hasta que la trilogía de relatos quede completa, y eso será hasta que las demás leyendas perdidas estén al 100%. (20%).
- La Caída. Primer borrador terminado, queda pendiente la revisión final. Parte de la historia y el estilo pueden cambiar (70%).
- Mi Venganza. Segundo borrador terminado. Queda pendiente la revisión final. El estilo narrativo puede cambiar drásticamente. (60%).
- Relatos de una vida. Este cuento no estará terminado hasta que me muera. (20%).
- Proyección astral. Primer borrador terminado, pero lo voy a incluir en otra parte. Puede considerarse el equivalente literario de un lado-B en la música.
- Kuntz. Otro lado-B. No se si crear una antología de cuentos para mi saga de Flare o meterlo como capítulo en algún libro.

- De las novelas:

- Hijos del sol. Ya he empezado cuatro borradores y ninguno me convence. Siento que necesita más tiempo para desarrollar una voz auténtica. Este tiene que ser el más emotivo de los trabajos que he hecho, así que tengo que llegar al tono adecuado para la historia.

- De las sagas:

- Vampire Tale. Tercer borrador comenzado. Por fin encontre el USP de este proyecto, y es el de dividir todo en "escenas" o sentimientos, cambiando constantemente al personaje protagonista y la perspectiva de personas. La trama de la historia se alteró completamente, al grado que nada de lo anterior - salvo el esqueleto de la historia - se salvará (2%).
- Flare Of The Phoenix. Este ha sido de los únicos borradores que se han quedado hasta el final. Acutalmente estoy reestructurando el inicio para dar a conocer más sobre los personajes, y la estructura final del primer volumen puede cambiar. Hay varios cambios para llenar los hoyos en la historia, pues toda la saga tiene un bosquejo muy general. Al crear un mundo tan vasto tengo la libertad de explorarlo a profundidad, cosa que quiero hacer. Sin embargo, esto me crea un conflicto. Una historia tan grande tiende a abarcar detalles, y no se si relatar todo a base de cronicas o de libros independientes en donde me de la libertad de hacer saltos en el tiempo para elevar el misterio. De ser esta ultima, voy a necesitar un background muuy bueno(12%).
- Fearville. Retomé este proyecto que inicié a los diez años en un viejo cuaderno verde. De nuevo tengo una historia muy esquelética, y quiero poner un escenario mexicano con personajes creibles y que llamen la atencion de los jóvenes. Hasta el momento tengo un posible total de 50 historias para desarrollar. Sin embargo, todo está en proceso de planeación, y no tengo nada sólido (1%) .
- Índigo. Esta es de las sagas con mejor base teórica y de las menos desarrolladas. El primer borrador está escrito a mano en una libreta Jean Book, pero no se si retomar la historia así como está. También tengo una cronología de eventos desde un cierto año hasta el comienzo de la historia (3%).

En las próximas entradas pondré el porcentaje nada más, salvo que haya un nuevo borrador o que de plano la revisión se haya extendido mucho (que no creo).

Grasping a little truth (1)

Ya entraditos en el primer mes del año, quiero destacar que han habido cambios relevantes en mis ideas. Tengo una perspectiva más clara de las cosas que antes, y estoy aprendiendo a dejarme llevar con el tiempo, a no apresurarme ni a estar buscando y rebuscando respuestas en cada rincón del mundo. Tengo que dejarle al destino lo que me depara, claro, sin quedarme ahi nomás sentado jejeje. Sólo espero continuar mejorando poniendo más empeño en las cosas que hago.