My life, has been extraordinary: blessed and cursed and won.


miércoles, 21 de octubre de 2009

Día 294 - Se acaban las vacas

Hace unos días terminó el evento del año, lo digo así porque, a pesar de la siempre latente probabilidad de que no asista, siempre termino yendo. Me refiero al Riviera Maya Underground Film Festival, en donde se derrocha cuerpo y alma para lograr un acercamiento entre el cine - cintas y exponentes - y las personas. He aquí un pequeño recuerdo:

De izquierda a derecha: Marec Fritzinger, Roberto Bravo, Juan Padrón, Paola Farías, un servidor, Alejandro Resendis, e Ignacio Ortiz. Todos, sin excepción, ¡unos personajes!



martes, 6 de octubre de 2009

Día 279. Del tercer espacio

Afuera llueve como sin ganas. Se puede ver el incipiente calor emanando del concreto. Se respira la molestia entre peatones y conductores por igual. Adentro, un suave jazz sienta una atmósfera de tranquilidad, propiciando un ambiente perfecto para sentar las letras en un blog, tomar un café helado con los amigos, ó presentar un nuevo esquema de negocios para amortiguar la crisis.
El contraste se antoja divertido. blindados por los muros de cristal, los dos mundos respiran aires completamente distintos, y por momentos, me alegro de estar aquí. En una sede que pudo haber sido mi lugar de trabajo, y que, por cuestiones del destino, siempre se mantuvo ajena a mi persona. Me alegro de sentarme en los sillones del lugar en el que prometí no volver a trabajar, ahora como cliente, degustando un chai, rodeado de otros comensales que vienen a exhibir sus poderosas portátiles como si de un concurso se tratase.
Me llega el ruido de las licuadoras, despertando vagos recuerdos de mis primeros días en la empresa, hace poco menos de dos años. Recuerdos de un invierno estresante, inundado de sentimientos encontrados, de metas truncadas y de un final anunciado, una etapa de madurez universitaria que contemplaba el ocaso de la carrera sin comprender su significado.
Afuera, el embotellamiento presagia la rutina que pronto deberé tomar. A veces quisiera que esta cafetería tuviese un portero que dijera "you can check out any time of the year, but you can never leave", y sumergiera mi vida en las deliciosas notas de una guitarra acústica que no dejara de entonar himnos a la vida.
Hace poco menos de dos años, no creía en la existencia de un "tercer espacio". Hoy, no puedo deshacerme de la añoranza de volver aquí.

lunes, 5 de octubre de 2009

Día 278. De la nueva vida

Hace poco más de dos meses cumplí mis 23 años.
La fiesta fue como mi me gustaría que fuera mi muerte anunciada. La mayoría de mis amigos estaba ahí. Sin embargo, estos son los tiempos marcados por la separación. Cada uno de los grupos en donde solía desenvolverme se ha fragmentado, separado, o disuelto, dando pie a otros más, que, no obstante, se antojan forzados, y a veces, antinaturales.
Es la desgracia de las enemistades en un pequeño pueblo como Cancún, donde el refrán "mas vale viejo conocido..." se aplica a la perfección, y donde también cabría un "we're just two lost souls swimming in a fishbowl year after year", nos hace viajar por las mismas calles y parques, obligados a convivir con aquellas almas a las que aún les guardamos rencor. Inevitablemente nos veremos las caras mientras bebemos micheladas en Guanatos ó whisky en Dubai... o quizás no.
Planes a futuro corroen nuestras venas, mientras los estragos de la crisis abaten a los recién egresados, mientras los que están a punto de salir al ruedo tiemblan ante el inexorable futuro.
Esta vez no hay verso, ni retórica que se puedan emplear. Los amigos comprados se terminan al hacer el pago, y la liquidación total se efectúa en la graduación. Despedirse de toda una época es difícil, y para los rezagados, ver generaciones completamente nuevas "usurpando" las sillas y los puestos es razón suficiente para demprimirse y voltear hacia otro lado.
Y no sólo eso, el infinito empuje del tiempo orilla las castas de edad, originando los clásicos "ahí sólo vas a patear loncheras" y viceversa.
Maldita la hora en que esperamos un trabajo ideal, tan ficticio como las Tres Leyes de la Robótica.
Avanzamos como nunca, a ciegas, aferrándonos con todas nuestras fuerzas a la primera brújula lanzada por un pérfido capitán que espera llevarnos al rumbo de su conveniencia, en el vasto oceáno de las responsabilidades de una vida adulta.
Yo por mi parte, tengo mis propios salvavidas desinflados, floto a merced de la corriente, en espera de la válvula que infle la balsa para que mis sueños decanten su evanescencia y se transformen en proyectos de concreto.
Bien por aquellos con un plan coherente, mal por aquellos que esperan copiar un modelo establecido.

Bienvenido sea

Bienvenido sea un poco de idealismo para resarcir la cruda verdad de un veinteañero en el siglo XXI, a medio camino entre la Generación X y la Generación Web 2.o.
Bienvenido sea un maestro de la propia edad. Alguien que pise ambos terrenos: el de la sabiduría y la inquietud.
Bienvenido sea un cambio de hogar, para salir de una sociedad devorada por la avaricia, víctima inherente del "desarrollo social".
Bienvenido un manual para la vida, mismo que leería y después quemaría al encontrar puras mentiras.
Bienvenido un salto en el tiempo, hacia una época más optimista para la juventud.
Bienvenidas nuevas lenguas para reemplazar la que ya me he mordido miles de veces.
Bienvenido un cuaderno nuevo, para no olvidar escribir que mi vida se renovó a los 23.