My life, has been extraordinary: blessed and cursed and won.


lunes, 13 de junio de 2011

Soledad...

Disfruto de este lapso creativo...








Sólo me gustaría tener a más personas con quien compartirlo...






¿En dónde quedaron aquellos amigos con los que solía tener pláticas y discusiones tan padres?




Cada quien ha emprendido nuevos retos, recorrido otras sendas, y parece que las distancias físicas se quedan cortas ante las emocionales...




Se les extraña.

viernes, 3 de junio de 2011

Las Creepypastas televisivas

Si se dice que los humanos somos las criaturas con mejor adaptabilidad, sin duda la cultura (en especial aquella versión ligera y populacha que se escribe con "c" minúscula) lo es aún más. Ayer descubrí algo y me gustaría exponer mi punto de vista en este espacio, siendo que es un tema que me ha dejado con ganas de más, y sobre todo, de encontrar alguna historia que sea cierta.
Se trata de las "Creepypastas", término divergido de las "copypastas", pequeñas historias y leyendas generadas y esparcidas en internet. Las Creepypastas vienen a ser el equivalente de las leyendas urbanas que por tanto tiempo han permanecido vivas a través de la difusión oral y escrita. 
En una época demasiado tecnócrata como para creer que el fantasma de una mujer se pasea por las calles de la capital mexicana asustando a la gente con sus lamentos, las Creepypastas nacen en un medio idóneo para su reproducción. Foros, blogs, todo espacio cibernético que se convierta en una plaza, zócalo, o kiosko frecuentado por aquellos cibernautas con ganas de interactuar desde su teclado es un caldo de cultivo para la generación y proliferación de estas historias.
Así como sucede con las leyendas, y las más modernas "leyendas urbanas", nadie sabe de dónde vienen ni quien creó a las Creepypastas. Sólo se cuentan y recuentan ante la inmensa popularidad. Mientras que algunas son verdaderamente patéticas, otras logran arrancar uno que otro susto.
La primera que devoré con una mezcla de escepticismo y aceptación fue la del capítulo perdido de "El Chavo del Ocho", y en resumidas cuentas, la historia narra la versión alterna del episodio donde dicho personaje finge haber muerto por atropellamiento. En esta supuesta versión (la original), Roberto Gómez Bolaños grabó un capítulo bastante raro - según va narrando la historia - y fue hasta esta parte, cuando la leyenducha va describiendo las escenas y los elementos bizarros, que empecé a tener miedo.
Continué con otras histotrias similares, incluyendo "El Suicidio de Calamardo"y su segunda parte, "Suicide Mouse", "Dead Bart" y "La Mamá de Carlitos", y encontré muchas similitudes entre las historias, que de alguna manera logran infundir un cierto temor al lector al narrar un capítulo que no solamente rompe todos los esquemas y reglas de sus respectivas fórmulas, sino que también atentan contra la manera tradicional de hacer televisión.
Y ese aire bizarro de algo tan familiar, rutinario y fabricado, es lo que le brinda el sentido terrorífico. Pensar que algo tan monótono, preparado, planeado y armado pueda esconder secretos y mentiras, o presentar un cuadro de esquizofrenia repentina, que transmita (aunque sea por una vez) el mensaje contrario a lo acostumbtado, el que se desfase de su identidad y personalidad y caiga en la otredad, se vista con otra piel, hable con una voz distinta - ronca, poseída, que se yo - pero que atente contra el espectador y lo que espera del programa, eso sin duda da miedo.
Recuerdo que cuando era pequeño, mi madre solía jugarme una broma, diciéndome a ratos que ella ya no estaba ahi, que era "el monstruo", y en ese momento cambiaba su mirada y voz, lenguaje oral y kinsestésico. Ese cambio repentino me sacaba tanto de onda, que hubo veces en que me puse a llorar frente a ella. Que alguien ajeno se comporte de manera extraña no nos asusta tanto como algo que queremos, respetamos y en quien confiamos.
Ahí raya el horror de las Creepypastas televisivas.