Viernes, añorado siempre en la primaria.
Y en la secundaria.
Y en la prepa.
Vaya, hasta en la universidad.
Y ahora, aún hoy, también.
La tarde soleada en el parque.
El torrente de emoción ante la reja de la libertad condicionada.
La ruptura de candados de rutina.
El ocio y el juego sin remordimientos.
Todo esto se rompió hoy.
El cráneo me oprimió el cerebro.
La gravedad encontró nido en mis hombros y se echó a dormir.
Mis ojos querían autoclausurarse.
Y la mente se mecía aletargada entre el vaivén del día.
De Starbucks al internet. Y de ahí al temor por la Influenza, cuya sombra se cierne más allá de nuestras fronteras, y el miedo se esparce a través de titulares y cabezas amarillistas.
Que si hay vacuna, que si no.
Que si ya se fue a los estados, que si no.
Y todos tiemblan al ver un estornudo.
Y todos se preguntan "¿Por qué aquí?".
Nadie lo sabe.
Nadie responde.
Todos beben el jugo de la paranoia.
2 comentarios:
Me dan asco los noticieros, impulsan mi hipocondría.
Fue un placer, niño...
Aquí le dejo el link del blog de mi mejor amigo Ome. Tendrás que leer mucho.
Buen día.
Lelé
Heeeeey que tal, busque un blog donde postear el gusto que me dio conocerte, pero no lo encontré, asi que uso mi entrada como cuaderno, esperando que veas la nota. Gracias por promover mi blog!!! Te anotaste puntos extra conmigo!!!!
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