My life, has been extraordinary: blessed and cursed and won.


martes, 24 de febrero de 2009

Sobre lo que he hecho

Dando un paseo por el escritorio de Blogger, me doy cuenta que ya medio abandoné a mi Tintero Azul, abandonándome a una racha de opinión cinéfila. Es ahora donde me pregunto si sería mejor tener un solo blog, como solía serlo este, sobre el cual plasmo estas letras digitales, en lugar de esparcir varias páginas con temáticas enfocadas. Bueno, eso ya no importa, porque me acabo de dar cuenta que esta es mi entrada núnero 98, lo que significa que, después de tres años, estoy a punto de cumplir cien entradas en el Tintero Azul.
Esta entrada la quiero dedica a la ira que me ha estado abatiendo en los últimos días, aquella que se manifestaba casi a diario durante el año pasado, antes del verano en Zipolite. Y es que luego del Temazcal, y de la misteriosa revelación sobre las dos energías que me dominan, me sentí bastante bien durante muchos meses, pero ahora parece que la magnanimidad de mi aura azul está desvaneciéndose de nuevo, abriendo el paso a mi lado oscuro. Espero que todo esto no sea nada más que debrayes para explicar mis súbitos cambios de temperamento y humor.

jueves, 29 de enero de 2009

Despidiendo a enero

Empezando a entrenar en el Albatros, medio tuerto, y con problemas de dinero, es como se perfila el fin del primer mes del 2009. Algunos proyectos personales parecen tomar camino, otras ideas sobre el futuro siguen nubladas, y mis esperanzas siguen puestas en marzo.
Por lo menos, mi primer viaje tiene que ser al de Radiohead, y mi graduación tiene que ser este año. Como decía antes, si el 2009 va a ser mi año de transición, entonces voy a demostrar que los proyectos pendientes terminarán de concretarse.
De la misma manera, mi primer libro tiene que estar listo, y mi primera antología se está moldeando rápidamente, a tal grado, que varios cuentos - al día de hoy - se encuentran "en la punta de mi mente", simplemente esperando por esa ráfaga de fuego y calor que enciende mi chispa de escritor, me nubla la mente, y comienza su faena frente al teclado. Es justo mencionar, que esa chispa es lo más difícil de conseguir, en un estado normal como el que me congoja en estos días.
Finalmente, unas contribuciones al periódico podrían abrirme nuevas puertas, pero eso estará aún por verse. Por el momento, espero lo mejor, pero me preparo para lo peor. Total, del suelo no pasas.
Aunque... el aspecto financiero... sí me da miedo.

lunes, 26 de enero de 2009

Día 27 - Tuerto por 24 horas


Hoy desperté con un horrible dolor en el ojo y no se me quitó en toda la mañana. Al mismo tiempo que sentía punzadas en el ojo, unas gruesas lágrimas escurrían por mis ojos. En la tarde me llevaron al doctor quién me diagnostico una basura en el ojo. Ahora me van a quitar el parche hasta mañana a las 4.

sábado, 24 de enero de 2009

Día 24 - 2009, mi año de transición

Así como al principio de su designación, al nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica se le consideró un "Papa de Transición" - porque se creía que no les iba a durar mucho -, estoy considerando al 2009 como mi propio año de transición. Año en donde debo concluir con mi primera etapa en la universidad para poder entrar a otra etapa - aún desconocida - diferente, mejor. Pronto volveré a centrar este tema dentro de mis propias discusiones internas, pero ahora que pude ver entre la espesa bruma que bloquea el conocimiento del futuro a nuestro espíritu, haré todo lo posible por terminar de atar los cabos sueltos de mi vida durante el 2009.
De esta manera, mi año no tratará sobre nuevos propósitos y retos a cumplir, sino que lo centraré en concluir los proyectos pendientes, pagar las deudas restantes, y, en pocas palabras, cerrar los círculos incompletos de mi vida... incluyendo pagar el karma pendiente, por muy doloroso que me resulte al final.

miércoles, 21 de enero de 2009

Día 22 - atardecer en la calle

Ya se me hace raro circular por la tarde encaminándome hacia un destino que no sea mi trabajo. Me gusta el rollo del periódico, pero el horario puede resultar agobiante. Las clases han comenzado de nuevo, y yo sigo fuera de la escuela.

Con este semestre se suma ya un año "sabático", con un Aldous sintiéndose aún ligado a una escuela que está a punto de sacudírselo del regazo, arrojándolo al vórtice del quehacer cotidiano. Aún y con todos los miedos que implica, quiero ya dar el próximo paso, porque si algún ciclo se ha manifestado como omnisciente a lo largo de mis 22 años, ha sido que siempre parezco ir un paso atrás de los demás. Y en realidad no es que sea un rezagado en la escuela, éste ciclo se me aparece de muchas formas, en miles de situaciones, y parece que por fin he logrado comprender que tal vez sea la vida la que me esté llevando a un ritmo, igual y para enseñarme una lección - que aprenda a no ser tan desesperado - ó que simplemente se me esté inculcando el hábito de esperar a que las cosas "caigan bajo su propio peso".
Y ese que si hay algo que me gusta hacer, es forzar las cosas. Desde espiar en los regalos de Navidad, hasta leer los spoilers del manga de Naurto, y rompiendo el límite buscando alguien que pueda revelarme el futuro a través de métodos de adivinación, tengo una inexorable tentación por tener las cosas cuando yo quiero, de la manera en que yo quiero. Siempre ha sido así, y sé que es un error.
Siendo un creyente de las vidas pasadas, estoy casi seguro de que la lección a aprender en este ciclo es el de la paciencia, la tolerancia, y el respeto. Y lo intuyo porque son las pruebas más difíciles que se me han presentado en la vida, la paciencia en situaciones, la tolerancia a los demás, y el respeto al prójimo y a mí mismo. Quien sabe, pueden ser meras cavilaciones de un editor cansado en un día pesado. O pude haber descubierto un poco de luz en el asunto.

viernes, 16 de enero de 2009

La cenita en casa de Vianney

Aquí en casa de Vianney celebrando su graduación académica. Gracias a mi bizarro horario, llegué cuando todos estaban medio happies... sobretodo el Carlitos, que en la foto ya sale medio tomado. Vianney me perdonó por no ir a su graduación y devoré la deilciosa lasagna preparada por Carlos.


Los bastidores tras la fachada de Cancún

La calle era larga, el frío era intenso, y yo ya no podía soportarlo.