Triste época la nuestra, llena de insatisfacción, frustración, vidas torcidas, dobladas, truncas, desviadas, torcidas, entroncadas, encrucijadas, revueltas, negadas, abnegadas e indispuestas. Triste época en la que ahora lo que se busca es la búsqueda, para después buscar la razón de la búsqueda, y así, antes de suicidarse, encontrarse ante una respuesta vacía, hipócrita, que sólo dejó mas preguntas, dudas y mentadas de madre. Y así, para cuando se dicte la causa de muerte, se diga "murió de un mareo convulsivo al darle vueltas a un asunto simple y sencillo, embargado en una extraña mezcla de desidia, inmadurez y arrogancia". Ni modo. Se creía demasiado bueno para ser verdad.
Asi pues, ¿qué queremos, carajo? Quien sabe, pero mientras la búsqueda continúa, el vacío emocional parece crecer a un ritmo acelerado, agigantado, en convulsivas tormentas que no hacen más que elevar el descontento y la desorientación.
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